Momento de perfección

Esta mañana me ha tocado ir de nuevo al hospital a hacerme una cura de mi terrible operación. Como todas las mañanas en lo que ya se va convirtiendo en un ritual me coloqué mis cascos y le di al botón de play en mi ipod, esta vez un random, ya que el otro día con Ramón me picó la curiosidad así escucharía canciones que de otro modo jamás escucharía de mi ipod entre los 40gb de mp3. En el recorrido del metro se fueron sucediendo unas y otras canciones, unas más y otras menos sorprendentes. Al llegar al clínico comenzó a sonar un tema de Incubus, ya no recuerdo cual, pero uno tranquilito, me encanta este grupo, mis gustos musicales van por rachas y actualmente tengo una racha de incubus. El caso es que al entrar al clínico todo lo que sucedía iba perfectamente sincronizado con la música, no en cuanto al ritmo si no en cuanto a sintonía general. Es como si esa canción hubiera sido compuesta para ese preciso instante, o ese preciso instante sucediera debido a esa melodía. Sea como fuere allí me encontré siendo la cámara de un videoclip que retrataba cada una de las cosas que pasaban en este centro médico al son de la música, vi pasar a una chica joven sometida a un tratamiento de quimioterapia, pero que conservaba aun así una profunda belleza y una gran alegría que mostraba no solo a través de la sonrisa de sus labios, si no de sus ojos. Dos parejas de padres de pararon porque ambos iban con sus hijos y hablaron de vete a saber que. Ancianos ayudándose mutuamente para recorrer los asépticos pasillos del hospital, y enfermera cuidando y sonriendo a sus pacientes. Por un par de minutos el mundo se volvió bonito y de color de rosa, como en un videoclip. Luego la canción cambio yo llegué a la sala de espera donde me aguardaba 1 hora y media de tediosa espera, una cura (molesta pero no excesivamente dolorosa) y marcha para el curro, bendito par de minutos… a ver si mañana se repiten 😀