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Crónica de un robo

La verdad es que yo siempre he sido un tio que he estado orgulloso de que nunca me hubieran robado. Supongo que el ser grandote y no ir ostentando hace que la gente prefiera robar al de al lado antes que a mi. Y en realidad salvo cuando tenía 14 años que me robaron 400 pesetas y una bolsa de conguitos que acababa de comprar nunca antes había sido victima de un robo. Pero si tenía que serlo estaba claro que sería ahora al volver de España y con las alertas bien bajas tras un año de paraiso nipón.

No me extenderé demasiado en la crónica e intentaré hacerla divertida, ya que es lo que intento hacer siempre con el blog, no es mi intención aburrir ni deprimir a la gente así que os cuento la parte divertida. No entraré en detalles de como terminé empapado, odiandome a mi mismo y totalmente desamparado en mitad de una sala de espera de una comisaria del centro. No contemoslo al estilo frikis.net viendo el lado divertido de las cosas.

Todo empezó en una magnifica fiesta de amigo invisible, donde lo pasamos de maravilla y donde yo recibí un disfraz de Papa Noel con el logo de Dharma bien chulo. Tras esto comenzamos a tomarnos unas copitas y como es habitual contarnos nuestras vidas y como no solo es habitual si no inevitable con este grupo de amigos terminamos hablando de trabajo. Entre risas todo el mundo terminó yendose y como viene siendo habitual también me quedé solo ante el peligro ya que nadie tenía ganas de continuar la juerga. Mi buen amigo Ramón se ofreció cortesmente a acompañarme hasta donde estaban mis amigos de Scouts. Estuve con ellos hasta que cerraron el garito y ellos decidieron ir a un sitio pijal al que yo no tenía intención de ir. Yo como buen Papa noel que era (si, seguía disfrazado) no solo tenía un plan b (los scouts) si no un plan c (los otros scouts). Mi intención era cogerme un taxi hasta donde ellos estaban con tan mala suerte de no tener un misero euro por lo que caminé hasta Gran Vía a sacar dinero y ya una vez desde ahí coger un taxi.

La estampa debió de ser la de un Papa Noel tambaleante por la Gran Via a las 3 de la mañana, lo cual como os podréis imaginar no es lo más recomendable del mundo. Ya con el dinero en el bolsillo mi intención era coger el taxi, pero pensé que no perdía nada en acercarme al buho que eran 10 minutos andando y si le quedaba poco pues me ahorraba 10 eurillos que estamos en crisis (sobre todo yo! 😛 ) Pero la cuestión que si que perdía y mucho. Para quien no sea de Madrid os diré que la Gran Vía no solo es una de las principales calles de Madrid si no que es uno de los focos de prostitución nocturna. Y claro, se ve que los Papa Noeles, solos, tambaleantes a las 3 de la mañana deben ser unos buenos clientes porque no había quien me dejase en paz. Desde Callao conseguí llegar hasta casi la altura del edificio de Telefónica, casi lo había conseguido, unos metros más y llegaría ya a la zona libre de mujeres de mala reputación. Veía mi salvación en forma de semáforo.

En ese momento me vinieron dos mujeres más pesadas de lo habitual, no solo vinieron a ofrecerme sus sospechosos servicios si no que se me abalanzaban encima las dos. Yo que en otra situación quizá hubiera reaccionado con 3 movimientos de karate y hubieran caido fulminadas al instante (quiero decir otra situación en la que supiera hacer karate vamos… xD), pero con el pedete gracioso que llevaba decidí reirme de la situación pasando de ellas y continuando mi camino (o intentandolo) pero sin matarlas. Al poco de ser muy pesadas dejaron de serlo de repente y tal y como vinieron se fueron. Mi abotargado cerebro decidió mandar a la neurona de emergencia que deja siempre ebria para estas cosas y ella solita decidió darse cuenta de que eso no era normal. En ese instante la borrachera desapareció, como si nunca hubiera estado, mis manos fueron a los bolsillos para percatarme de que mis dos móviles, mi Blackberry (mia por decir algo, porque era prestada) y mi iphone habían volado. En ese momento me di la vuelta buscando con la vista a semejantes truhanas y preparado para emprender una carrera que superase todo limite de la física convencional.

En mi cabeza este proceso fue cosa de 2 o 3 segundo, la realidad sería que serían 10 o 15, pero aún así os aseguro que fue algo rápido, pero las mozas estas ya habían ido lejos, bien lejos. Me metí a buscarlas por una calle y por otra, todas rodeadas de chicas que muy majas venian a saludar a un papa noel ya nada tambaleante, pero que huían despavoridas al ver mi cara de enfurecimiento. Una que iba mas bien despistailla e intento agarrarme el brazo se llevó un buen empujón contra el cierre de un comercio y es que no estaba dispuesto a que nadie se acercase a mi ya, que aun conservaba mi cartera. En un momento de furia por la calle Luna me arranqué el traje de Papa Noel (ahora me da un montón de pena no tenerlo 🙁 )

Tras el enfurecimiento inicial y darme cuenta que no las iba a encontrar y de que si lo hacía iba a ser peor el remedio que la enfermedad decidí que lo que había que hacer era buscar un policia. Me tiré así a ojo un par de horas buscando uno y si que encontré, todos municipales que no me hacían ni caso porque por lo visto no era su competencia. Ya resumiendo que esta es la parte aburrida, terminé haciendo una denuncia por teléfono cagandome en todo y dandome cuenta de que no volvería a ver esos telefonos en mi vida, porque seamos realistas si la policia quisiera a esas mujeres se las coge, pero hay demasiados delitos como para encargarse de un robo de 800 eurillos de nada.

Y con estas me volví a casa y me meti en la cama con una alegría en el cuerpo que ni os imaginais claro.

Moraleja de todo esto, como dice mi amigo Miguel España es una país relativamente seguro en cuanto a que es difícil que te maten, te violen o te rapten, eso si, andate con mucho ojo porque los robos estan a la orden del día y le suceden hasta al más pintado :S

Fotografía de Stevendepolo