
Hace ya casi un mes que decidimos visitar el mercado de Tsukiji, pero entre pitos y flautas nunca lo publico por aquí y es que siempre me enrrollo mucho y tardo demasiado en hacer los posts, no puedo evitarlo. Pero bueno en esta ocasión haré un post con algo menos de rollo de lo habitual y aún más fotos de lo normla. Espero que os guste.
El mercado de Tsukiji es la principal lonja de venta de pescado del mundo y sorprende que este en pleno centro de Tokyo, rodeada de rascacielos. No obstante existe un proyecto que trasladará esta lonja añeja a un lugar más moderno y adecuado y claro, por supuesto supongo que en el espacio que deje libre este mercado harán altos rascacielos donde unos cuantos se forraran. Pero al tema, Tsukiji, el mercado de pescado y la subasta del atún.
Hasta hace poco la afluencia de turistas a la subasta del atún dificultaba el trabajo de los profesionales. Se probaron varias medidas para minimizar este impacto y finalmente para tristeza de todos los visitantes terminaron cerrando al público este acto. Por suerte hace poco volvieron a abrirlo pero bajo un riguroso control. Existen dos turnos al día de 40 personas cada uno, uno empieza a las 5 (si mal no recuerdo) y el otro a las 5:30 cuando termina el primero. Para apuntarse la única forma es llegar allí y ponerse a la cola. Existen muchas posibilidades de que si vas en el primer tren (4:30) que te quedes sin plaza para esto, sobre todo si es un día de fin de semana. Nosotros decidimos acercarnos con el último tren (12:30) y quedarnos estudiando hasta las 3:30 en alguna cafetería 24 horas.
Los planes nunca suelen salir como estan pensados y resulta que nuestro tren hasta el mercado termino teniendo un extraño retraso que hizo que nos quedasemos tirados en Shinbashi a unas 4 o 5 paradas del mercado. Esto en kilómetros equivalía a unos 8 o 9 kilómetros. Pues nada para allá vamos. La noche era muy buena con una temperatura perfecta, algo fresca pero ideal ya que el recuerdo del sofocante verano aun estaba en nuestras cabezas y la brisa fresca era más que agradecida. Fue una buena caminata, pero totalmente placentera, es un paseo que recomiendo a todo el mundo. De hecho si tuviera que volver a hacerlo probablemente organizaría mi visita a Tsukiji con un paseo similar. Se trataba de un paseo rodeados de rascacielos en muchos momentos y sin ruidos ni molestias. Por el camino hicimos fotos entre otras cosas al edificio residencial más lujoso que he visto aquí en Tokyo:





Ya estábamos cerca, un poco más de caminata y ya pudimos tener una vista del mercado de Tsukiji iluminado por una bonita luna:



Luego tocó un rato bastante coñazo de esperar como una hora en una cola de la que por suerte 😉 eramos de los primeros. Delante había una televisión donde explicaban todo el proceso de la subasta del maguro (atún) era muy interesante. Os ire contando lo que aprendí conforme os enseño las fotos:



Al llegar sorprende lo grande del sitio, la de atunes que hay, lo grandes que son y que hay bastante calma.




Primero unos trabajadores colocan los atunes, por lo que parece en orden aparente de mejor pinta a peor pinta, de izquierda a derecha. Una vez estan colocados los lavan un poco para quitarles la escarcha, le cortan un trozo de la cola para mostrar la carne y le pintan un número encima, también le ponen una pegatina con algún dato más encima. Mientras los catadores/compradores se dedican a principalmente darle al atún congelado con una especie de arpón para sacar un trozo de la carne. El atún tiene un color distinto congelado que descongelado. Para ver su color futuro lo mantienen en la mano y ven el color que toma. No solo es importante la tonalidad si no la velocidad en la que toma dicha tonalidad. Para ver el color se valen de unas linternas. No es que el sitio este mal iluminado, si no que la luz al ser de fluorescente es demasiado blanca y a la luz de una bombilla pueden apreciar mejor el colore real del pescado en cuestión.



Mientras tanto nosotros admiramos todo el «baile» desde detrás de unos conos y una cinta.



Aunque la espera se hace un poco larga es curioso de ver como se comportan estas personas que tienen en su rutina diaria el levantarse a horas imposibles y valorar pescados gigantescos congelados de precios desorbitados. Sin mucho previo aviso una campana suena desenfrenada…





… marca el comienzo de la subasta, de una de ellas en realidad, ya que se hace por partes en filas de 10 en 10 atunes. La gente se arremolina alrededor del vendedor rapidamente y con nerviosismo pero con cara de poquer todos. No quieren dar a conocer a su contrincante cual es su pescado preferido, su objetivo es por supuesto llevarse lo que necesita al mejor precio. En esto hay una estrategia mucho más profunda de lo que pueda parecer. Según contaban en el vídeo que había visto antes uno hombre comprado de más de 70 años indicaba a la cámara que quería un pescado que parecía muy bueno pero que no podía pagar más de cierta cantidad, sabía que era el mejor. Pero también sabía que un joven comprador que compraba el atún para una famosa tienda de pescado para sushi quería ese atún porque era el mejor y en la tienda se habían quedado sin atún de el de mejor calidad, el que daban a sus mejores clientes, clientes que en algunos casos llevaba comprandole el pescado durante más de 50 años!
Que es lo que hizo nuestro simpático abuelete, pues inflar la apuesta por encima de lo que el en realidad estaba dispuesto a pagar. Su único objetivo era inflar el precio a su contrincante y así tener menos resistencia para comprar las otras piezas de pescado. Curioso cuanto menos. Para más inri comentaba el joven comprador en el vídeo después que tras haber cortado el pescado que tan caro había pagado que en realidad no era de tan buena calidad que engañaba por fuera… que putada! xD
Tan rápido como comenzó la cosa terminó, y comenzaron a desalojarnos por la parte de detrás. Mientras salíamos pensando que esto había terminado todos sacábamos fotos a todo lo que se meneaba.





Fuera la actividad se había vuelto frenética y todo el mundo se movía de un lado a otro transportando cajas, ya fuera a mano o como era más común en unos curiosos vehiculos pensados para el transporte:


Todo se desarrollaba en un extraño caos ordenado. Todo el mundo se movía sin parar como hormigas, los edificios se movían sin orden y a toda velocidad, pero nadie se molestaba a nadie, nadie menos nosotros claro. Los turistas siempre torpes estábamos en medio, ahora entiendo mejor que nunca porque limitaron al público estas visitas.
Pero la cosa no había terminado, nos faltaba ver el verdadero mercado. La infinidad de tiendas donde vendían todo tipo de mariscos y pescados. Sin lugar a dudas el lider indiscutible era el maguro y la espectacular forma que tienen de cortarlo.













Y es que dicen que la calidad de un buen atún no depende solo de la calidad de éste, si no de lo bien que este cortado. No puedo verificar este punto, pero si puedo garantizar que es algo digno de ver el como cortan estos pedazo de mastodontes con cuchillos que cortan que dan miedo.
Tras esto nos dieron las 8 y algo, el sol ya picaba en las cabezas. Nos fuimos a desayunar algo de anguila ahumada, las tiendas de sushi estaban demasiado abarrotadas y tenían precios demasiado prohibitivos. Con nuestras últimas energías y el estómago lleno nos dirigimos a casa donde procedimos a perder el conocimiento sobre el futón 🙂
Desde luego una visita recomendada esta de Tsukiji y eso que a mi era algo que no me llamaba la atención lo más mínimo en un principio 😉
En mi proxima visita , quiero ir.
ciaooo
Ok, se arreglará 🙂
Totalmente de acuerdo en que allí los turistas estamos de mas, sigo pensando que la mejor hora para ir a la subasta es cuando esta ya ha terminado, así puedes pasearte por el mercado (después de las 8) sin tanto trafico e incluso llevarte un pedazo de algo a casa para desayunar 🙂
Coincido contigo que el mercado es así como mejor se ve, pero si quieres ver la subasta de la forma que dices te lo pierdes y a mi la verdad es que me hizo bastante ilusión verla.
Me parece interesante lo que cuentas pero, cuando volvamos, mientras Marmota se deleite con los pescados yo prefiero hacerlo tomandome un cafetito en una cafetería.
Pues vete preparando el termo, porque por ahí pocas cafeterías vas a ver 🙂
Buena entrada Rodri, todo perfectamente explicado para el que esté interesado en próximos tiempos. Yo estuve pero no ví la subasta porque llegué tarde (las 6 de la mañana, te cagas). Esta navidad, me toca acompañar a la familia.
un abrazo1
Me alegro de que te viniera bien. Seguro que tanto tu como tu familia lo disfrutais un montón 🙂
Interesante forma de pasar la noche/mañana 🙂 me gusta.
No sabía que se hubiese hecho tan turística la lonja…
Pozi!
Yo quise haber ido a la subasta cuando vino un amigo de visita a Tokio pero pillamos el hotel lejísimos de Tsukiji y después de preguntar nos salía muy caro ir en taxi, el metro ya estaba cerrado. Para la próxima ya sé que tengo que pillar un hotel cerca e ir andando, o ir con mucha antelación y matar el rato hasta las 4 am que se empieza a hacer cola.
Aunque no pudimos ir a la hora de la subasta sí que fuimos ya por la mañana a curiosear y fue una buena experiencia. Nos metimos en el barracón principal y estuvimos callejeando por los pasillos teniendo cuidado de no entorpecer a las carretillas y a los trabajadores. Después nos dirigimos a la zona anexa con restaurantes y sí que esperamos para desayunar sushi. Los precios eran algo prohibitivos como dices pero por una vez en la vida se puede pagar 20 euros por un desayuno, jejeje… y te digo ya que la calidad del sushi lo merece. Si tienes ocasión de ir otra vez, te recomiendo desayunar sushi para completar la experiencia de ver Tsukiji.
Saludos
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