Mis experiencias con los agentes de la ley (II – Londres)
Continúo con mi viaje por mis experiencias con la policía, ya os comenté la primera aventura con la policía en Japón. Vamos ahora con esta nuve historieta:
Estábamos Sebas y yo con ganas de viajar que tras el Inter-rail ya teníamos gusanillo. Nos sobraban ganas y tiempo, pero nos faltaba dinero, eramos estudiantes. Pero desde cuando esto es un problema, lo que hicimos fue coger unos vuelos realmente baratos y pasarnos por Londres y Toulusse, la idea era no llegar a los 100 euros incluidos viajes, alojamientos comida y demás. Estuvimos 5 días y conseguimos cumplir el presupuesto, como lo hicimos… es digno de contar, pero eso es otra historia 😉
Vamos a lo que nos ocupa, nos fuimos a visitar el mercado de Candem y decidimos comprarle un regalito a nuestro amigo Ferchu, compañero de viajes que esta vez no pudo venir. Nos apartamos a hacía un lado del mercado donde hay menos gente, en la orilla de un río que corre por ahí. Le di el regalo a Sebas, que lo guardo en su mochila, en ese momento de la nada salieron 2 tios y una tía, que nos plantaron una placa policial en el gepeto y nos separaron en dos. Un chico y una chica con Sebas, y un pedazo de mostrenco de 2×2 conmigo, en mis oídos aun resonaba aquello de «POLICE», les falto lo de freeze, freeze…
Los señores agentes vestidos de paisanos se dedicaron a registrarnos no dejándonos ni meter la mano en los bolsillos y preguntándonos si teníamos jeringuillas, cuchillos o drogas. Nosotros respondíamos a todo que no, pero nos dijeron que nos iban a llevar a comisaría para hacer un control sobre todos los líquidos y materiales que teníamos. Finalmente las cosas fueron cuadrando con nuestra historia, fueron apareciendo los billetes de avión del día anterior, una tortilla de patata en la mochila, claramente turistas.
A estas alturas los polis ya se estaban haciendo a la idea de que no eramos peligrosos delincuentes, así que suavizaron el tono, tomaron nuestros datos y comprobaron por radio que no estábamos buscados por la interpol ni nada de esto, supongo yo. Ya de un modo mucho más tranquilo nos pidieron disculpas y nos dijeron que nos habíamos puesto en un lugar donde se colocan los vendedores de drogas y pensaban que yo le vendía droga a Sebas.
Esta fue otra aventura de la que salgo victorioso sin pasar por comisaría ni calabozo… pero aún quedan chicos aún quedan, no desesperéis Milán, Dublín también tienen su policía claro 😉
Fotografía | Abux_77