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Mis experiencias con los agentes de la ley (I – Japón)

Los que me conocéis personalmente ya habéis escuchado que por alguna extraña razón lugar al que voy, lugar en el que suelo tener algún tipo de «problema» policial, nada serio pero siempre termino conociendo a la policia del local. En esta entrada quiero recoger estas experiencias que he ido teniendo alrededor del mundo, un volcado de memoria 🙂 De paso como bonus de este pack de historias os contaré dos nuevas experiencias que pocos habéis ído, mis encontronazos con la «garda», la policía de aquí de Dublín.

Welcome to Japan

Todo esto comienza en el lejano oriente, en Tokyo, llevaba ya 1 semana y media recorriendo la ciudad y ya reconocía algunos sitios como familiares y podía moverme sin perderme excesivamente entre los sitios principales a donde solía ir. Un día fuimos Juan (mi compañero de viaje) y yo a casa de un amigo a dejar las maletas, puesto que después nos ibamos de mochileros por el Sur de Japón. La cuestión es que la vuelta la hice yo solo porque Juan se fue antes y lo hice un poco contentillo a 3 de la mañana.

Neones japoneses

Lo primero he de decir que aún siendo las 3 de la mañana de un miércoles la ciudad no había cesado en su actividad, era algo increíble. También que si bien Tokyo es una ciudad segura lo cierto es que hay sitios donde es mejor no pasar a las 3 tu solo. La cuestión es que acabe perdido por Shinjuku rodeado de africanos haciéndose pasar por americanos ofreciéndome chicas para «masajes», incluso me las enseñaban en books que llevaban en las manos, y las propias chicas que se me acercaban para ofrecermelo. Yo sistemáticamente decía «No, thank you» y seguía pa’lante. Hasta que tras una hora me di cuenta de que estaba irremediablemente perdido. Comencé a intentar pedir ayuda porque estaba TOTALMENTE desorientado.

Juan rodeado de Tokyo en estado puro

Las vueltas de mi camino e llevaron a una calle oscura, hasta el momento todo eran calles hiper luminadas por los neones de los edificios, esa calle daba un poco de mal rollo. Pero al fondo veía a un policía en bicicleta, bien le preguntaría a él. Al acercarme vi que estaba hablando con un chico, para cuando llegue el chico se había ido y antes de yo poder decirle nada al poli este, el me pide el pasaporte. Y en ese momento mi mente hizo «clink»… estás jodido. No es que no tuviera mis papeles e regla, si no que 2 días antes un amigo polaco de ahí me había dicho que el llevaba 3 meses que nunca le habían pedido el pasaporte y que mejor no llevarle para no perderlo y a mi me pareció una fantástica idea. Total me hice el longuis, esa técnica que se nos da tan bien a los españoles… pero el insistía, al final ya tuve que decir aaaah! paasspoto… no tengo… el hombre alarma, y le digo, no no, si tengo, pero en casa no aquí es que estoy perdido. y le enseño mi DNI que el tio miro con cara de decir, que narices es esto, y es que para el es como si le enseñan un cromo de fútbol la verdad. El hombre decidió que debía ser muy grande para detenerme y me pidió solo que si me podía registrar y yo le dije que tocase sin miedo. El se fijo en el bulto de mi pantalón (nooo, no es que me hubiera puesto contento de ver a las chicas de los masajes, si no que llevaba mi camara), así que palpó ahí, con sus super poderes debió detectar que era una cámara infoensiva y no un detonador de fotones, porque ni lo saco,ni me tocó nada más, me dijo que buenas noches. Y yo… esto… pero estoy perdido, sabes como se llega a Yoyogi? y el hombre, noo, lo siento… y yo joder que tio más rancio. Y esta fue mi experiencia policial.

Pero no podría dejaros así, sin saber si me perdí finalmente y estuve un año viviendo entre africanos y chinas masajeadoras o si realmente llegue a mi casita… pues sí llegué y el como lo hice también tuvo su gracia. Para ellos pongámonos en antecedentes, yo no hablaba nada de japonés (menos que ahora incluso :P), los africanos estos hablaban inglés pero mal, y yo también mal, y los policias no hablaban inglés, por lo que no había por donde cogerlo. Finalmente en una calle llena de chicos de color ofreciendo los servicios de las de otro color vi a otro policia y le dije: «Do you speak english?», y el me dijo «No» y yo le dije, «es igual», «Do you know where is Yoyogi?» y nada el otro que no se enteraba, hasta que el primo de Carlton que pasaba por ahí se unio a la conversación y hacía de interprete entre el policía y yo con su mal inglés y su todavía peor japonés. Pero gracias a esto me consiguieron identificar una calle cerca que conocá y desde ahí supe llegar.

Y esta es la historia no sólo de como tuve «problemas» con la justicia en Japón, si no de como terminé llegando gracias a un policía que era interpretado por un proxeneta africano. En fin… lo que no me pase a mi…

En la próxima entrega, Milán, o el día en que me confundieron con un ladrón de coches.

8 comentarios en «Mis experiencias con los agentes de la ley (I – Japón)»

  1. Yo tambien son de los que tiene mala suerte con la policia. En aduanas me han retenido tres veces con cacheos y preguntas que consiguieron que olvidara mi ingles por completo.

    Pero mi situacion mas chunga fue en Venezuela donde fui retenido mas de tres horas ya que era sospechoso de llevar droga. Me llevaron incluso a un hospital para pasar por los rayos X, que para mas guasa page yo. Todo a punta de metralleta.

    Pero en fin, con el paso del tiempo recuerdas estas experiencias con una sonrisa.

    Javi

Los comentarios están cerrados.