Casualidades…
Supongo que seréis muchos los conoceréis el discurso de Steve Jobs de «Connecting the dots» (conectando los puntos) y si no ya estáis tardando el verlo. En el una de las cosas que dice este genio es que no es posible conectar los puntos hacia delante, que es necesario hacerlo mirando al pasado.
Esto puede parecer una tontería, pero paraos a pensar en algo que tengáis ahora, algo importante para vosotros. Puede ser el porque vivís donde vivís, porque vuestro mejor amigo es quien es, porque vuestra pareja es quien es o porque vosotros trabajais donde lo hacéis, cualquier cosa trascendente para vosotros. Inicialmente podríais pensar que todo esto que tenéis es porque vosotros lo habéis decidido así y en realidad es así, pero no fue una decisión final la que os llevó ahí tan solo. En la mayoría de las ocasiones se trata de una cadena de casualidades que termino derivando en esa situación final. Si conectais los puntos más y más hacia el pasado llegaréis a la conclusión de: » Como coooño terminé en esta situación», casi parece más fácil que me hubiera tocado la lotería. Os contaré una de mis casualidades, conectaré los puntos desde el pasado hacia el futuro, habiendo ya visto el recorrido.
Hace unos 8 años o así estaba yo con la caja de Pandora abierta y mis ganas de viajar eran incansables. Tenía también un sueño conocer Japón, pero era un viaje más complicado y caro. Yo con 21 años no encontraba a nadie de mi alrededor que se animase a embarcase en este viaje que no era tan típico como lo es ahora. Así que decidí hacerlo por mi cuenta, aunque al final por otra gran casualidad terminé viajando con vecino conocido de la infancia que terminó convirtiéndose (y aún lo es) en amigo.
La preparación de este viaje duró casi un año, que fue lo que tardé en juntar todo el dinero necesario. Mientrás tanto seguía asistiendo en la medida de lo posible a partys de informática donde muchos locos nos sentábamos delante de mis ordenadores y los conectábamos en red. En una de estas vi que un chico tenía mucho cine asiático, por lo que le pregunte que donde estaba que quería ver su colección completa. La casualidad quiso que estuviera sentado detrás de mi. De casualidad descubrí que no solo conocía Japón si no que había estado 8 veces ya que estaba casado con una mujer japonesa. Esa noche no dormí y no le dejé dormir a el tampoco, le saqué toda la información de Japón del mundo. Así nació una amistad con el que es ahora sin dudas un muy buen amigo, de esos que nunca dejo de ver al pasar por España.
El viaje por Japón sucedió sin mayor novedad, salvó el hecho de que lo disfruté como un enano. De ahí volví a España y comencé a estudiar japonés en la escuela de idiomas, pero mi profesora era española yo quería contacto nativo. Gracias a la esposa de Miguel conseguí poner un anuncio de intercambio de idiomas en una web japonesa y así conocí a dos chicas a Junko una extraña japonesa que iba a la caza de macho ibérico. Y una muy callada chica pero con una dulzura extrema que me enamoró desde el primer día, que digo desde el primer minuto. Fue asi como conocí a Hiroko, con la que vivo desde hace como unos 6 años, a lo largo de 4 países y los que nos quedan 😉
Así cuando miro atrás pienso que el conocerla dependió de que me diera por viajar a Japón, que conociera en una pequeña party de informática a Miguel, que su mujer pusiera ese mensaje y que Hiro contestase. Eso cuanto menos, que ya si entramos en pequeñas cuestiones ya uno se pierde. Como digo estar donde estas es una especie de lotería, disfruta y si algo de tu vida no te gusta echa boletos a nuevas loterías y comienza otra cadena de decisiones que sabes como empieza, pero ya te digo que no sabes como terminará 😉