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Las malas noticias desde la distancia

Desde hace un tiempo vengo diciendo que este vuelve a ser mi blog personal, pero hasta ahora no lo he demostrado demasiado puesto que no he contado nada realmente personal, más allá de alguna reflexión o crónica de un viaje. Éste blog ya tuvo entradas muy personales, aunque algunas en clave, como por ejemplo esta: caca por los comentarios se intuye que mis amigos supieron entender esta clave 🙂

Hoy me gustaría hablar de algo que sucedió hace un par de semanas, yo estaba trabajando mientrás a su vez estaba muy contento por la posibilidad de hacer un viaje con mi amigo Sebas a Estambúl, en ese momento recibí una llamada de mi padre a través del Skype, en la llamada me dijo algo que me dejo totalmente petrificado, mi tio Emilio había fallecido, no tuve muchas palabras, solo acerte a despedirme de él. En ese momento empiezas a darle vueltas al coco y a sentirte profundamente triste. En ese momento maldices vivir en Irlanda y no poder estar en Madrid, con tu familia que te necesita, en ese momento te das cuenta de que estas trabajando solo desde casa y no tienes a nadie con quien irte a tomarte algo y a quien poderle contar las penas. La única solución recurrir a amigos por chat e incluso decirlo a los 4 vientos por Internet:

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Después de esto llegó la odisea de cambiar mi vuelo del sábado al jueves para poder asistir a la cremación, coincidió con una super nevada en Dublín y cerraron el aeropuerto, como consecuencia no volé ese día y por tanto me perdí el acto. Recuerdo cuando la azafata me lo decía en el aeropuerto, aunque ya me lo habían dicho en el taxi de camino y me lo había advertido la megafonía del mismo aeropuerto, yo no me lo quería creer y le insistía a la azafata en que tenía que haber alguna posibilidad, alguna conexión, un vuelo a Barcelona o algo que me acercase, pero por lo visto no, no lo había, Iberia tenía todos sus aviones en España, ninguno en Irlanda. Con el tiempo me enteré de que desviaron aviones a otros aeropuertos en otro sitio de Irlanda, por lo que me podrían haber presentado esta opción pero bueno. Allí estaba yo en medio de una marabunta de gente en una situación parecida a la mia y entre esta gente vi a una chica tirada en el suelo con sus maleta alrededor llorando desconsoladamente, seguro ella tendría una historia similar a la mía.

Al día siguiente por fin conseguí volar, no sin antes largas esperas y multiples agobios, motivados por la acumulación de gente debido al cierre de todos los vuelos del día anterior. Ya por fin en España conseguí asistir al entierro de las cenizas de mi tio me encantó poder asistir al último adiós a mi tio y estar de esta forma cerca de mi familia y poder dar un beso a mi abuela.

Yo ya tengo 26 años, y por desgracia a esta edad uno ya se las suele haber visto con la muerte en más de una ocasión. Por suerte yo, he de decir que hasta ahora todo han sido muertes no tan, tan cercanas, o muertes naturales por edad que aunque te entristecen no se puede evitar el paso inexorable del tiempo. Otras que me han marcado mucho más que por mi cercanía a esas personas, por la cercanía que alguno de mis amigos tenía con ellos. Este es el caso de la muerte del padre de un amigo.

Pero con todo nunca alguien tan cercano en mi familia había fallecido (cuando lo hizo mi abuelo yo no era consciente de lo que significaba, más allá de que mi madre lloraba). El pasado 4 de Febrero murió mi tio, el hermano de mi madre, el hijo de mi abuela, mi padrino y yo aun teniendo ya bien aceptada su muerte aun no me hago a la idea de que no volveré a verle.

Os dejo con un texto escrito por mi tio que leyó en su funeral que es realmente bonito, el escribe mucho mejor que yo:

Hace dos días, el domingo pasado, leí en el periódico una entrevista a un psiquiatra chileno. Lo primero que pensé es que ojalá Emilio le hubiera conocido. Dice este hombre que cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como ego o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la conciencia, el bienestar y el amor incondicional. Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse, pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo cual, a su vez repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.

Una persona vive identificada con su ego, es decir, con su falso yo, cuando a pesar de hacer y tener de todo siente un vacío en su interior, como si le faltara algo esencial para vivir en paz. De tanto dolor acumulado, finalmente se desconecta de su verdadera humanidad. Desde el ego, las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia física y emocional. Su triste objetivo es conseguir que la realidad se adapte a sus deseos, necesidades y expectativas egoístas, lo que les lleva a vivir una vida marcada por el sin sentido, el malestar y la necesidad constante de evasión y narcotización de sí mismos.

Emilio luchó toda su vida por buscar su propia esencia, su verdadero yo, pero el obstáculo de su enfermedad resultaba insalvable. A veces pienso si no hubiese sido mejor intentar enseñar a Emilio a convivir con su enfermedad en vez de tanto pelear contra ella. Sea como fuere, las enormes carencias y los grandes excesos de Emilio no eran sino una caricatura de lo que en el fondo somos los demás. Es por eso por lo que me siento orgulloso de poder decir que de Emilio he aprendido más que de nadie. Gracias a él he entendido que cada minuto de nuestras vidas vale más que todo el oro del mundo. Emilio luchó por vivir, por ser feliz, por querer y ser querido. Él llevaba encima una enorme losa y aún así aguantó muchos años sin rendirse. He visto a mucha gente sentirse abatida por problemas que no eran nada al lado de los suyos. Gracias a Emilio he comprendido que, habiendo muchas maneras diferentes de afrontar la vida, lo único que resulta imprescindible es buscar y encontrar nuestra propia esencia, porque únicamente desde ahí es desde donde podremos vivir plenamente disfrutando del infinito placer que es querer a las personas de nuestro entorno.

La muerte de Emilio ha sido especialmente dura para mi madre y sus nietos, también para mis hermanos, para mis cuñados y para mí. El calor de los muchos abrazos, visitas y llamadas a lo largo de estas casi dos semanas, han sido enormemente reconfortantes para todos nosotros. Muchas gracias a todos y ojalá que vosotros también hayáis aprendido a ser más felices gracias a mi hermano, gracias a Emilio.

Me cuenta mi madre que ayer fue el funeral y de nuevo me entristece estar lejos y otro pensamiento que tengo es que esto no es nada comparado con cuando este en Japón :S

5 comentarios en «Las malas noticias desde la distancia»

  1. Ayuda trabajar como un macaco e intentar abstraerse con pelis, etc, ya que otras alternativas no te son posibles.
    Hay que ser realmente un solitario para no necesitar compa

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