La marca España
Desde hace un tiempo se esta haciendo un esfuerzo por hacer llegar allá donde se pueda la marca España. Esto me parece algo muy positivo y necesario, soy un firme defensor del producto español, creo que se producen productos muy buenos, sobre todo desde el punto de vista gastronómico y que tenemos una oferta turística realmente buena. No obstante aun es mucho mas conocido el aceite de oliva de Italia que el español aun cuando mucho de este aceite esta producido en España, los quesos de Francia se llevan la palma (creo que son mejores, pero el queso español no tiene nada de malo) y es difícil encontrar vinos españoles que no sean barateros al menos en Japón.
Todos somos embajadores
En Japón cuando tienes un problema con una empresa el trabajador al que le haces participe de este problema de inmediato se disculpará. Tiene la culpa del problema esa persona? Pues seguramente no, pero el es la cara visible de la empresa con la que te estas comunicando y en su nombre ella se disculpa.
De la misma forma todos somos embajadores de nuestros países. Y más cuando estamos en el extranjero que somos embajadores a tiempo completo. Cuando estamos realizando comportamientos incorrectos en lugares o situaciones incorrectas estamos mostrando como alguien de ese país esta haciendo ese error y nos guste os no se tenderá a generalizar ese acto a un país. Incorrecto? Pues en algunos casos si, las generalizaciones nunca son ciertas en un 100% de los casos, pero si suelen serlas en general 😉
Se que a mi como extranjero en un país con costumbres muy distintas al mío se me dejan pasar muchas cosas por alto ya que se da por hecho que no tengo el mismo conocimiento de la cultura local, que eso, que un local. Pero esto tiene dos caras y es que hay quien pueda pensar que la persona de ese país no se preocupa lo más mínimo por actuar correctamente en otras culturas.
Un ejemplo de esto podríamos verlos en el asunto de hablar por teléfono dentro del transporte público. Cuando llegué me parecía sorprendente e incluso excesivo lo en serio que los nipones se tomaban esta norma, pero trate de cumplirla a rajatabla. En los casi 5 años que llevo vagando por este país he podido encontrarme con gente que se la salta a la torera, no muchos, pero tristemente cada vez más. Cuando veo a un japonés que lo hace simplemente pienso que es un maleducado ya que por descontado sabe que lo que esta haciendo es incorrecto y me parece un auténtico capullo. Cuando es un extranjero el que lo hace pienso que o bien es un desconsiderado que además no esta vendiendo bien su país, ya que esta invitando a que la gente generalice de éste. Y como los japoneses además tienden a no distinguir entre extranjeros, esta dando simplemente mala fama a los extranjeros.
Los pequeños gestos
Son nuestros pequeños gestos, el trato que damos a la gente en el día a día lo que más nos define, más que acciones grandilocuentes puntuales. Se puede hacer todo el esfuerzo global como nación que se quiera que si al entrar o salir del país te atiende una persona totalmente maleducada tendrás una fuerte impresión de que la gente es así.
Una de las cosas en las que suele coincidir la gente que viene a Japón es que la gente de aquí es muy amable, respetuosa y considerada. En España hay gente muy amable, pero también hay mucha gente asqueada de la vida que te atiende con gruñidos, te lanza el dinero de las vueltas sobre la barra o coloca las sillas de la terraza donde te sientas a patadas. Y creedme estos gestos, se notan.
La semana pasada fui de viaje express a Madrid, al salir un funcionario reviso mi pasaporte, comprobó que todo estaba en orden tanto para salir como para mi futura reentrada en el país. Me dio los buenos días al verme y me despidió, hizo su trabajo correctamente, no fue excesivamente simpático, pero fue correcto en el trato y me dio la impresión de que comprobó todo lo que tenía que comprobar. A mi vuelta tuve que hacer el mismo proceso pero en España, un policía nacional fue el encargado de comprobar mi pasaporte. Al acercarme a la ventanilla le di los buenos días y el no se digno a mirarme a la cara ni a devolverme el saludo, hecho un vistazo a mi pasaporte con desgana mientras seguía charlando con su compañero de al lado y tras un par de segundos arrojo sobre el mostrador mi pasaporte, le di las gracias y le despedí, su respuesta fue la misma impasividad con la que fui recibido. Sentí que el tipo no se había tomado la molestia de comprobar bien nada (no me había mirado a la cara, como podía saber que era yo) y además me pareció totalmente desagradable. Al salir del aeropuerto horas después en el control de equipajes un japonés tras mirar mi pasaporte me decía mientras me dejaba salir, anda Madrid… que guay.
Si tengo que comprar algo después de este viaje, compro la marca España.
Estoy seguro de que muchos tenéis miles de historias parecidas a esta y me encantará leerlas en los comentarios. Por favor no creáis que estoy cayendo en mitificar Japón y decir que es el país perfecto y que en España todo es malo, para nada, no todo es blanco o negro, sencillamente creo que en algunas cosas tenemos muchísimo que aprender.